miércoles, 30 de octubre de 2013


23/10/2013 Miércoles.

Vigesimotercer día del décimo mes del decimotercer año del segundo milenio.

Humanes de Madrid (Madrid)
 
Después de varios días con evaluaciones iniciales, ya por fin hoy comenzaríamos con un trabajo más particular para cada uno, sin olvidar que dedicaríamos la primera parte de la mañana a hablar del reciclaje, una tarea muy pendiente…

            Comenzó la mañana igual para todos.

“¿Qué es eso de reciclar?” “¿Qué es lo que se puede reciclar?” “¿Por qué existen contenedores de varios colores?”, y otras preguntas relacionadas con el tema sirvieron para abrir un debate muy interesante del que pensé que mis alumnos, según pude ver ayer, tendrían menos ideas (aunque la verdad también ciertas lagunas sobre el tema).

Participaron todos, y como no disponíamos de pizarra fuimos anotando nuevamente las principales ideas en los cristales de la clase (colores de los principales contenedores, diferentes tipos de residuos, otros contenedores especiales –aceites, pilas, ropa, etc.-).

Cuando acabamos de hablar de la “teoría” les comenté que a partir del siguiente día (mañana), comenzaríamos a trabajar en clase de forma práctica, y durante todo el curso, sobre el reciclaje: elaboraríamos carteles de diferentes colores, colocaríamos papeleras con esos colores para separar residuos, todos los días iríamos a tirar la basura a su correspondiente contenedor, etc. La idea les gustó bastante pero, como les había dicho, comenzaríamos mañana, ahora era la hora del trabajo individual…

MS continuaba, y continuaría, todo el día con sus tareas de las quincenas, mientras que GA se pondría a trabajar por primera vez en los dos primeros ámbitos de conocimiento que, según le comenté a la orientadora y habíamos llegado al acuerdo, serían sus prioridades (Ámbito Científico-Tecnológico y Ámbito Social). Para empezar le pedí que copiara cuáles iban a ser los contenidos a trabajar de ambos ámbitos durante el curso. Una vez que terminó de copiarlos le pedí que eligiera uno de los dos y comenzara, poco a poco, a leer en mi ordenador los primeros temas que el CIDEAD había preparado para ese ámbito (de momento tampoco impresora en el aula ni ordenadores para los alumnos, así que, también de momento, todo debería ir haciéndolo con el apoyo del ordenador que el Ministerio de Educación me había entregado para mi trabajo personal). Tanto MS como GA ya tenían trabajo “pa´rato” así que así (valga la redundancia) ocuparon su día.

A AS le entregué un libro de Conocimiento del Medio de 6º, y le pedí que comenzara con la lectura de la primera unidad (La Digestión). No sólo quería que leyera, sino que también me fuera resumiendo lo que iba leyendo, para de esta forma trabajar también la parte del “área lengua” que todo aprendizaje, sea del área que sea, lleva intrínseco (desde cualquier área, con una simple lectura, se puede trabajar el área de lengua). Esta actividad debía ocuparle el resto de mañana hasta el recreo, ya que para justo después le tenía preparado un trabajo en parejas con ÁQ, quien a su vez debía dedicar su primera parte de la mañana a leer un comic de Asterix… Siempre he defendido que una de las mejores maneras para comenzar a familiarizarte con una lengua que no es la tuya, pero de la que tienes ciertos conocimientos (por muy escasos que sean), es a través de los cómics, ya que las frases que aparecen en los bocadillos de los personajes no suelen largas, y además los dibujos te permiten acceder al contexto de la oración de una forma muy rápida y clara. A ÁQ le gustó lo que fue leyendo y entendiendo, así que por lo menos pude decir que, aunque no lo entendiera todo, al menos sí disfruto de su tarea, que es lo que más preocupa con mis alumnos. Quiero que aprendan, pero desde el disfrute.

Los más pequeños se dedicaron a sus actividades de lectoescritura durante un buen rato, pero cuando vi que se comenzaban a quejar por el cansancio y “aburrimiento”, rápidamente les pedí que dibujaran los cuatro contenedores principales de basura en una hoja. En ese momento escuchamos como llegaba el camión de recogida de residuos urbanos y no perdimos la oportunidad para ver cómo levantaban los contenderos y separaban los diferentes tipos de residuos. Cuando regresamos a la clase les pedí que dibujaran, en la misma hoja donde habían dibujado los contenedores, una botella de cristal, un cartón de leche, una hoja de papel y una manzana, para que con flechas unieran cada uno de los residuos con su correspondiente color (y contenedor, por lo tanto).
 
Tras el recreo la tarea para los pequeños seguía con el mismo centro de interés, los colores de los contenedores y la separación de residuos, y con plastilinas de diferentes colores estuvieron creando su propio juego de “separar y reciclar”.
 
 

 
Ahora era el momento de que AS y ÁQ trabajaran juntos. La tarea era sencilla, y pensé que también podría ser divertida, lo que confirmaron al acabarla y pedirme que al día siguiente volvieran a hacer lo mismo. Como ninguno de los dos domina el idioma materno del otro, y sólo se expresan en el propio de cada uno (AS lo hace en castellano y ÁQ en inglés), les dije que cada uno pusiera por escrito en su libreta una lista con los colores que conociera, todos los que conocieran, y que al lado de cada color, una vez que la tuvieran hecha, colorearan un par de cuadritos de la libreta con ese color. El siguiente paso era sencillo. Para comenzar a adquirir cierto vocabulario básico, les pedí que cada uno ayudara al otro a escribir esos mismos colores en el otro idioma y que comenzaran a enseñarse mutuamente cómo se pronunciaban. Por lo visto fue muy divertido, se lo pasaron tan bien que no dudaron en continuar con la siguiente tarea. Ahora deberían hacer lo mismo con los objetos de la clase. Primero debían dibujar esos objetos (mesa, silla, mochila, pizarra, lápiz, goma…), luego escribir el nombre de cada objeto, cada uno en su idioma, y finalizar igual que con el ejercicio anterior, copiando el nombre en el otro idioma y empezar a pronunciarlo. Así continuaron haciendo lo mismo con los números del 1 al 20 y el abecedario (en este caso escribían cómo se decía o pronunciaba cada letra).




Su satisfacción fue tanta que, como dije, me pidieron continuar el día siguiente haciendo tareas similares, ya que como me dijeron se lo habían pasado genial. Evidentemente, tras el buen resultado observado, supe que mi metodología comenzaba a funcionar y que podría seguir empleándola hasta donde pudiera hacerme falta. Si sus niveles de satisfacción con el trabajo realizado eran altos, los míos lo eran aún más, pero no por mí, sino por ellos, por haberlos visto disfrutar con su aprendizaje.

Así, cada uno contento a su manera, vimos que la hora de irse a casa (para ellos y la última de mi trabajo) había llegado. Mañana sería un nuevo día con nuevas oportunidades y experiencias para seguir aprendiendo de todos y con todos.

22/10/2013 Martes.

Vigesimosegundo día del décimo mes del decimotercer año del segundo milenio.

Humanes de Madrid (Madrid)

Hoy ha sido un día especial…

            Después de haber terminado ayer nuestra estancia en Villaviciosa de Odón, hoy era el primer traslado de ciudad con “mi cole del circo” (aunque bueno, realmente fue ayer cuando yo llegué a Humanes).

            El “cole” ha estado toda la mañana encima del tráiler donde viaja, y yo tenía previsto comenzar las clases a las 16:00. Las horas iban pasando y el cole seguía allí arriba, “subido en el camión”, pero eso no era lo peor de todo… Llevaba todo el día, y la noche anterior, lloviendo, y en el cole nos dimos cuenta el sábado que había goteras.

            Como veía que la hora de comenzar las clases se venía encima, y que por la lluvia lo más probable es que pudiéramos perder la clase de hoy, decidí probar suerte y acercarme al cole que tenemos justo enfrente del circo a ver si pudieran dejarnos algún aula para poder dar clases sin mojarnos ni pasar mucho frío…

            “¡Sin problemas…! ¡Esto es tan vuestro como nuestro…!”, así me recibieron en el CEIP Pedro Brimonis, y en tan sólo cinco minutos ya tenía aula para que mis alumnos del “cole del Kaos” se pusieran a trabajar.


            Los mayores entraron como si nada, aunque me dio la sensación de que iban un poco “parados” para lo que son… (jajajajaja…, no hablaban), sin embargo los pequeños iban como locos…, saltando, pisando con fuerza las escaleras como si estuvieran probando lo duro y resistente que era el cemento…, y llegaron  al aula… “¡Haalaaaaaa…! ¡Que chuuulaaaaaa…!” Esas fueron las palabras de los más pequeños nada más llegar. Ni se movieron de la puerta, parecía que tuvieran miedo, como si entraran en una jungla de vegetación cerrada (jajajajaja…).

            Después de decirles que no podían tocar nada de los otros niños y que antes de irnos teníamos que dejar todo igual (o mejor) de como cuando llegamos, cada uno tomó su sitio y comencé a repartirles el trabajo.

            MS tenía que ponerse al día con las actividades de inglés de la última quincena que no envió al CIDEAD, y se puso a ello (aunque siempre está pendiente de todo cuanto sucede y se dice en el aula, jajajaja…). Para GA sería el primer día que tomara contacto con sus “Ámbitos de aprendizaje” de la ESPAD (Educación Secundaria para Personas Adultas), y le pedí que comenzará a organizar y leer un poco la información y documentos que le había descargado ayer del CIDEAD para él.

            Los alumnos de Primaria seguían con sus evaluaciones iniciales, aunque ya en este caso de Lengua (también elaboradas por el Centro de Profesorado de Jerez de la Frontera y destinadas al mismo centro educativo de Chipiona). A ÁQ le di la prueba para 5º, y debido al bajo nivel de comprensión lectora del castellano, le pedí que leyera todos los textos y subrayara las palabras que no conociera, para de esa forma poder hacerme una idea del nivel de vocabulario con el que partíamos (fueron muchas las palabras subrayadas, la verdad). Por su parte AS hizo la prueba de 6º y cuando finalizó hizo una pequeña tarea de comprensión lectora que estaba dentro de la prueba de evaluación inicial de 1º de ESO.


            Los más pequeños se pusieron con sus fichas de iniciación a la escritura y la lectoescritura. EP seguía con su cuaderno tal y como lo dejó la última vez que trabajó con él, en la “ta, te, ti, to, tu”, y DI comenzaba hoy una nueva ficha de “puntitos”. Así fueron pasando los primeros momentos, eso sí, pendientes también de cuántos juegos había en la clase y de cuándo llegaría el momento de poder utilizarlos (claro está).

            ¡Y entonces llegó uno de los grandes momentos…! A EP le entraron ganas de ir al baño (algo nada raro, jajajaja…). Mientras esperaba en el pasillo a que saliera, salió a saludarme (porque se extrañó de verme allí, todo ahí que decirlo) uno de los monitores de las actividades extraescolares que se estaban dando en la clase de enfrente al baño y comenzamos a hablar, hasta que EP salió del baño y le dijimos que pasara a la clase donde estaban todos esos “niños nuevo”. Una vez allí se presentaron entre todos (así por lo menos pudimos hacer un poco de trabajo de comunicación oral y Competencia Social), e incluso llegaron a cantarle el “cumpleaños feliz” (¡en inglés!) por adelantado, lo que les sirvió a todos para quedar invitados a su fiesta de cumpleaños del próximo lunes… (jajajaja).

            Una vez que volvimos a la clase y les contamos qué habíamos estado haciendo, y mientras los mayores acababan sus tareas, los dos pequeños conocieron por primera vez el juego de la oca. ¡¿Qué mejor manera de comiencen a conocer los números y a contar que con este juego tan simple y cotidiano…?!
 
 
            Fueron pasando los minutos y decidimos hacer un pequeño recreo de unos quince minutos. Tiempo para ir al baño, beber agua y…, encontrarse con más niños, quienes nos invitaron a pasar dentro de su aula porque “casualmente” el mismo monitor de antes, pero con grupo nuevo, les estaba hablando del circo y estaban haciendo dibujos de los animales que se podían encontrar en él, y quiénes mejor si no para hablar del circo y sus animales que los propios niños que viven en el circo…

            Los mayores se volvieron a clase para poder acabar sus tareas, pero los dos más pequeños y ÁQ se quedaron allí “siendo interrogados”. De nuevo nos fue muy útil porque de esta forma pudieron intercambiar sus ideas del circo, explicarles qué podían ver allí, qué animales hay, etc., y sobre todo vino bien la experiencia para ÁQ, con ciertas limitaciones en el dominio del castellano.

            De vuelta los tres (y yo cuatro) nuevamente al aula donde estábamos, les di un juego de fichas en el que tenían que ordenar y colocar en sus lugares correspondientes unos dibujos en los que aparecían diferentes profesiones, además de intentar explicar qué veían en esos dibujos y de qué profesiones se podría estar tratando. A pesar de que ÁQ es algo mayor que los otros dos, pensé que la actividad le podría venir bien para comenzar a practicar algo de vocabulario a un nivel básico.

            Cuando terminaron los demás, y faltando escasamente una hora para volvernos a casa, decidí que podría ser buena hora de jugar del “Party & Co. Junior”, un juego cuya caja había llamado la atención de los más pequeños durante todo la tarde y que pensé que podría ser una buena manera de aprender jugando. Aunque lo que más les llamó la atención fue el reloj de arena…, jajajaja…

 
            Comencé yo con la parte de adivinar dibujos en la pizarra, y así fuimos uno tras otro trabajando con nuestra imaginación las “artes plásticas”, antes de comenzar con la parte del juego dedicado a las preguntas de los diferentes ámbitos o materias (algo parecido al Trivial), que pensé podría ser un buen indicativo para saber qué nivel “cultural-educativo” tenían mis alumnos de Primaria y Secundaria. Los pequeños, que continuaron jugando y pintando en la pizarra.

            Para esta parte “científico-cultural” les pedí que cogieran papel y boli, y que fueran escribiendo las respuestas a las preguntas que les iba a ir haciendo de las tarjetas del “Party & Co.”. A ÁQ le resultaría más complicado, ya que, como he mencionado, su nivel de dominio del castellano es escaso, pero me conformaba con que al menos me pudiera escuchar hablar e intentara prestar atención a lo que yo iba diciendo, aunque las preguntas también las hacía en inglés, para que de este modo él también pudiera hacer algo (a pesar de que el contexto de las preguntas es el nuestro) y los demás pudieran practicar algo de inglés.

            Acabada esta parte de las preguntas, y mientras íbamos corrigiéndolas, pude darme cuenta de algunas carencias y lagunas que tienen ante ciertos aspectos educativos básicos tan simples como “la fecha del descubrimiento de América”, “el pico más alto de España”, capitales europeas, temas relacionados con el reciclaje y el cuidado del medioambiente…, etc. Después de conocer los resultados de este pequeño test y tras llevar días observando a mis alumnos cómo se comportan y actúan con el tema del reciclaje, y aunque sé que el resto de “faltas de conocimiento” son muy importantes y hay que trabajarlas también, pensé que ya era hora de comenzar a trabajar en clase (desde mañana mismo) la separación de residuos, así que para mañana ya teníamos “un buen rato de entretenimiento” (carteles, dibujos, recortar y pegar…, buscar papeleras y contenedores…).

            Habiendo acabado ya nuestra sesión diaria de cole, y además habiéndolo hecho en “un cole de los de verdad”, no nos quedaba otra que despedirnos de los que, por unas horas, nos habían dejado sus sillas, mesas y materiales didácticos, así que decidimos dejarles un mensaje escrito, y firmados por todos, agradeciéndoles a ellos y al cole tal gesto.

Gracias y mil gracias Colegio Público Pedro Brimonis.

            No sé qué nos hubieran dicho ni cómo nos hubieran tratado en otro tipo de centro..., pero lo que sí está claro es que así habéis demostrado que la ESCUELA PÚBLICA ES DE TODOS Y PARA TODOS...


21/10/2013 Lunes.

Vigesimoprimer día del décimo mes del decimotercer año del segundo milenio.

Villaviciosa de Odón (Madrid) 

Hoy sería nuestro último día en Villaviciosa, y del mismo modo también me había propuesto que fuera el último día para las evaluaciones iniciales de matemáticas para GA, AS y ÁQ.

Las pruebas de evaluación inicial de matemáticas de hoy me harían sentirme algo más cerca de casa, ya que iba a utilizar unas pruebas confeccionadas por el Centro de Profesores de Jerez de la Frontera y adaptadas para uno de los centros públicos de Chipiona (al ladito de casa). Esta prueba sólo sería para AS y ÁQ. A GA le daría una prueba de evaluación inicial para 1º de ESO.
 
 
Los tres estuvieron trabajando de manera muy aplicada en sus tareas, tanto que incluso AS acabó pronto con su prueba, así que, como también lo tenía previsto, le di la de 1º de ESO para que intentara hacer lo que pudiera.

Mientras ellos hacían sus actividades evaluadores, MS dedicó la primera parte de la mañana a intentar ponerse en contacto con algunos de los profesores del CIDEAD para intentar enviarles algunas de las quincenas que el día anterior no se pudieron enviar (cuando le cumplía el plazo), unas por problemas con la plataforma educativa del CIDEAD y otras porque no le dio tiempo a finalizar (todo hay que decirlo). Por esto último también tenía previsto sentarme con él al final del día y hablar un poco con él para cargarle las pilas (o ponérselas más bien, jajajajaja…)

Por otro lado los pequeños EP y DI volvían a llenar de colores las pálidas hojas en blanco que les iba dando para que expresaran sus “filias” y “fobias”. Algo que comenzaba a “extrañarme” era que DI, en la gran mayoría de las ocasiones, siempre elegía colores oscuros para cualquier dibujo o garabato que hacía. En un principio me pareció algo curioso, ya que siempre que dibujaba o coloreaba algo utilizaba el amarillo y el negro, los colores del circo, pero luego ya me di cuenta que poco a poco lo iba haciendo cada más con el negro o gris, dejando de lado al amarillo. Sería incluso curioso destacar que hasta para la pizarra (la pizarra verde de toda la vida) utiliza el marrón. Esto me hizo llegar a muchas conclusiones y a comenzar a plantearme que si seguía así quizás tendría que eliminar de su estuche algunos colores para obligarlo a utilizar otros más adecuados.

En el recreo apareció por primera vez en escena un balón, y ahí fue cuando decidí que después de tantas evaluaciones iniciales y tanto trabajo mental, los chavales se merecían un rato de juego, pero no un rato de juego pegándole patadas a un balón, no, al finalizar el recreo tendríamos la primera clase de Educación Física, que aunque tenía planteado hacerla de otra forma, vi en ese balón la mejor manera de ver realmente el “ambiente” que se respiraba en mi grupo de alumnos.

Comencé planteándoles un juego simple. Dos equipos, cada uno de ellos con uno de los mayores, uno de los pequeños y uno de los 3er ciclo de Primaria (yo me quedaría fuera para observarlos). Cada equipo tenía un cono, el cual, el equipo contrario, debía intentar derribar golpeándolo con el balón, que debía ser lanzado desde fuera de un círculo que hacía de área. El equipo que tuviera la posesión del balón debía avanzar hacía el objetivo (cono del equipo contrario) pasándose el balón con las manos, pero con las siguientes normas:

- El que tiene el balón no puede moverse del sitio. No puede correr ni andar con el balón en las manos, sino que debe pasarlo a un compañero.

- El equipo que no tiene el balón deben intentar interceptar los pases para evitar que el otro equipo avance.

- Siempre que alguien tenga el balón en las manos, se le debe permitir que pase o lance, sin que se le pueda molestar ni tocar, ni a él ni al balón.

El juego funcionó bien, y tras un buen rato decidí que era hora de cambiar a otro. En esta ocasión el profe también jugaría.

EL nuevo juego era también muy simple. Dos equipos (yo jugaba con los dos pequeños en mi equipo junto con AS) y había que intentar dejar sentados en el suelo a la totalidad de miembros del otro equipo. Para hacerlo se debía golpear con el balón a los jugadores del otro equipo por debajo de las rodillas. Si te daban debías sentarte y tenías que esperar a que alguien de tu equipo, o tú mismo, recuperara el balón y te lo pasara. Por lo tanto el equipo que tuviera el balón debía intentar pasárselo entre sus jugadores y el equipo contrario debía intentar recuperarlo.

Este juego también fue un éxito, incluso hubo que darles más tiempo para que acabaran satisfechos…

            Acabamos la clase de Educación Física con una pequeña “ronda de prensa”… Nos sentamos todos en círculo en la puerta de la clase. Yo tenía el balón y lancé una pregunta, que sólo podía contestar la persona a la cual yo le daba el balón. Así, pasándonos el balón unos a otros (para gestionar el turno de palabra) fuimos llegando de nuevo a la calma para afrontar la última parte del día…, Educación Artística.

MS no participó en esta última hora, ya que le pedí que avanzara con sus tareas y quincenas.

A EP y DI les dejé que “inventaran” y jugaran nuevamente con las plastilinas (DI, como no, cogió como siempre la plastilina de color AMARILLO… -¿de qué color es la carpa del Cirkus Kaos…?-).

Y a GA, AS y ÁQ les pedí que para esta última parte me explicaran todo cuanto yo pudiera saber de ellos a través del dibujo (de dónde eran, sus aficiones…). Ninguno podía mirar el dibujo del otro, ya que después cada uno tendría que explicar a sus compañeros que quisieron expresar con sus dibujos.
 


 
La actividad fue bastante bien aceptada, las explicaciones bastante lógicas, sinceras y naturales, y la verdad que pude dar por muy satisfactorio el desarrollo del día. Me despedí de ellos recordándoles que al día siguiente las clases serían por la tarde, ya que nos “mudábamos” y el cole debían instalarlo en la nueva “plaza” (como se dice en la jerga del circo). Tan sólo me quedaba la charla con MS…, y la verdad que después de haber hablado con él, creo que tiene las pilas cargadas, lo que no sé es cuánto le durarán…

martes, 29 de octubre de 2013


18/10/2013 Viernes.

Decimoctavo día del décimo mes del decimotercer año del segundo milenio.

Villaviciosa de Odón (Madrid)
 
Para el día de hoy el desarrollo de la clase estaba planteado de forma sencilla.

MS debía seguir organizando toda la información que había recogido en el día de ayer y debía comenzar también a trabajar en las primeras quincenas (trabajo de las unidades didácticas que les van mandando a los alumnos de secundaria a través de la plataforma educativa del CIDEAD) cuyas entregas estaban previstas para el día 20 de octubre como fecha límite. Tenía escasos dos días, contando además con él participa en parte del show.

La verdad que la jornada escolar le dio para bastante. Fue capaz de elaborar varios calendarios mensuales donde dejar reflejadas las fechas de las primeras entregas de actividades, supo elaborar un listado de los libros de texto que necesitaba para el curso y pudo comenzar a trabajar en las primeras quincenas que descargó de la plataforma del CIDEAD.

La sorpresa, y una de las casualidades de la vida, fue que, durante el recreo, mientras le daba a su madre la lista de los libros que le hacían falta, una de las personas que pasaban por el circo y que estaba junto a la puerta del mismo, le dijo que él gustosamente le facilitaría todos esos libros, y que esa misma tarde los tendría. Efectivamente, así fue. De ese modo MS ya no tendría excusas para no trabajar ese fin de semana en sus actividades, y podría entregar, dentro de sus posibilidades y teniendo en cuenta todo el trabajo acumulado debido al retraso en mi incorporación, el mayor número posible de quincenas.    

GA, AS y ÁQ estuvieron ocupados durante la primera parte de la jornada con la evaluación inicial de Matemáticas que comenzaron el día anterior. Cada uno a su ritmo, pero unos esperando a otros, como buenos compañeros, para poder “bajar” las páginas del ordenador y pasar a las siguientes actividades. Sin poder imprimir las hojas de tareas de esas evaluaciones iniciales, todo se tuvo que hacer copiando directamente de la pantalla del ordenador.

Con los más pequeños, y mientras el resto trabajaba de forma autónoma, comenzamos a “trazar los primeros trazos” (y valga la redundancia) de las fichas de caligrafía y lectoescritura. Cuando ya se cansaron, y antes de comenzar el recreo, se relajaron un poco “amasando” plastilinas y creando sus propios juegos.

Tras el recreo llegó para todos, excepto para MS, la parte de Educación Artística,

Los mayores debían realizar, con una cartulina y colores, el cartel con las normas de clase. Para ello les facilité la hoja en la que el día anterior, y por consenso, se habían dejado escritas las que serían las normas de clase, además de unos “rotuladores mágicos” con los que podrían escribir en los cristales de la clase para poder poner en orden de importancia las diferentes normas. (Como no disponemos de pizarra con la que poder trabajar en condiciones, me pareció muy útil poder utilizar a modo de pizarra los grandes ventanales que conforman una de las paredes de la clase). La tarea no era sólo realizar ese cartel con las normas. Ésta tenía intrínseca una parte social. Debían cooperar, discutir, argumentar (individualmente y en equipo), etc., para elaborar esa propuesta de cartel. El único “inconveniente” era para ÁQ, ya que no domina el castellano suficientemente bien como para poder comunicarse de una forma correcta con sus compañeros, pero con un poco de esfuerzo entre todos y la ayuda de GA (anglófono), pudieron llevar a cabo con éxito la tarea.

Los pequeños por su parte, mientras miraban atónitos cómo los mayores escribían en el cristal, debían compartir una pizarra de unos 1,5 m2 en la que, utilizando tizas de colores, debían expresarse “libremente” según las indicaciones que yo les iba dando. Debían dibujar sus familias, sus amigos, el circo, paisajes…, y lo más importante “árboles” (test del árbol). Esto me serviría para poder saber qué tipo de relación existe entre los dos pequeños, cómo comparten, qué tipo de normas se imponen en sus juegos, cómo interactúan y respetan uno al otro, qué colores utilizan, etc.
 
Los “rotuladores mágicos” captaron tanto la atención de todos que les prometí que si acababan sus tareas (el cartel para los mayores y los dibujos en la pizarra para los pequeños), la parte final del día la dedicaríamos a jugar con esos rotuladores. Y como para mí lo prometido es deuda, así fue.

A los mayores les propuse el siguiente juego: con un simple trazo (es decir, sin separar el rotulador del cristal) recto o curvo, y de uno en uno (es decir, “por tocas”) debían ir, utilizando su imaginación y sin hablar entre ellos, completando un dibujo a partir de un simple círculo que yo les dejé en el cristal. Se trataba de ver en qué se convertía ese simple círculo al final del juego. Este juego me podría ayudar a conocer si entre ellos existe alguna idea o interés común, y saber si sus pensamientos e imaginación, en cierta manera, están conexionados. No fue para mí ninguna sorpresa descubrir que ese círculo se convirtió en un feliz payaso malabarista con un traje arlequinado.

Con los más pequeños lo tuve más fácil, debían dibujar lo que quisieran…
Así, sin darse cuenta ninguno de ellos, llegaron a la hora de marcharse a casa, mientras que yo me quedaría trabajando en el aula rodeado por esos nuevos y tan especiales “cuadros” que decoraban ahora la pared de cristal de la clase.



17/10/2013 Jueves.

Decimoséptimo día del décimo mes del decimotercer año del segundo milenio.

Villaviciosa de Odón (Madrid)
 
Hoy, tal y como se me comunicó, teníamos prevista la visita de los inspectores. Vendrían a revisar el estado inicial de las caravanas (mi vivienda y el cole).
 
La mañana comenzó como tenía previsto, con una puesta en común de las que podrían y debían ser las normas de clase. Todos poco a poco fueron aportando sus ideas y mejorando la de los demás. Sinceramente fue un trabajo muy agradable. Todos pedían y cumplían con el turno de palabra, y la verdad que la sensación fue buena.

Justo cuando estábamos acabando hicieron acto de presencia los inspectores, dos personas muy encantadoras, y desde el mismo momento en que pusieron el primer pie en el aula atrajeron la atención de los alumnos (sobre todo de los más pequeños), sin dejar de lado la verdadera tarea que les había traído a visitarnos. El trato con los alumnos fue realmente exquisito.

Mientras valoraban las instalaciones, recursos y materiales destinados al colegio, les pedí a los cuatro alumnos mayores que por favor hicieran una pequeña redacción explicándome de qué iba el espectáculo del circo, poniéndose ellos en el lugar del espectador. Evidentemente el fin de esta redacción no era el mantenerlos ocupados, sino poder tener, además de las preguntas de ayer, una primera información y evaluación sobre su nivel lingüístico y de escritura. Mientras los mayores hacían esto, los pequeños estuvieron coloreando y haciendo algunas fichas de iniciación a la escritura.

Tras haber sido evaluado primero el estado del aula, y quedándose los alumnos en compañía de uno de los inspectores, quien les hacía preguntas muy divertidas de todo tipo, acompañé a la inspectora a revisar el estado de la caravana destinada a mi vivienda. El resultado de esta inspección fue muy positivo, todo lo contrario de la opinión que tuvo del aula, la cual debería ser cambiada en un plazo máximo de un mes y medio, ya que las condiciones y requisitos que se exigían por parte del Ministerio de Educación no eran las que presentaba el espacio que el circo había habilitado en un principio como lugar para dar clases. De hecho hubo una anécdota muy graciosa (y que cuento a continuación) protagonizada por EP y la inspectora cuando ésta fue a cerrar la puerta, que le hizo aferrarse aún más a esta decisión de que en un plazo no superior a ese mes y medio debemos tener cole nuevo.

La anécdota fue la siguiente… Mientras estábamos en clase, la inspectora fue a cerrar la puerta de la clase, quedándose con el pomo en la mano. Casualmente, fuera del aula, estaban algunos de los empleados y representantes de la empresa del circo, a quiénes les comunicamos lo que había ocurrido. Cuando varios de ellos se acercaron sonriendo para ver qué había ocurrido y qué niño había sido el que “había roto la puerta” (ya presuponiendo que debía haber sido alguno de los niños, jajajajaja…), EP (con afán imagino de evitar la burla de los trabajadores) no dudó en contestar a viva voz “¡Ha sido ella! ¡Ha sido ella!”, y señalando a la inspectora, que había sido esa señora la que había “roto” la puerta…, jajajaja…

La visita de los inspectores concluyó con una pequeña reunión entre la empresa circense y la inspección, momento que aprovechamos para hacer nuestro primer recreo del curso y comenzar a conocernos un poco más contándonos anécdotas entre risas.

Pero todo lo bueno llega a su fin, y después de despedirnos todos de los inspectores, volvimos a la que, al parecer, deberá ser nuestra “antigua” clase para comenzar a trabajar.

Pedí a GA, AS y ÁQ que se pusieran lo más cerca posible entre ellos para que, con mi ordenador, realizaran una primera prueba de evaluación inicial de Matemáticas destinada a 5º nivel de Educación Primaria.

Los pequeños, a su vez, dedicaban el tiempo a crear infinidad de formas con la plastilina, y yo me dediqué a comentarle a MS cómo podría organizar todo su trabajo, para de esa forma también poder convertirme en su orientador, comenzando su trabajo por saber qué asignaturas tendría a lo largo del curso, con qué tipo de materiales y/o recursos contaba o debía contar para el estudio, cuáles eran sus profesores y cómo podría ponerse en contacto con ellos en caso de necesidad, cuáles serían las fechas para la entrega de trabajos y exámenes, etc. Es decir, básicamente, tratamiento de la información.
Así, mientras todos trabajaban cada cual en lo suyo, llegó para ellos la hora de irse a casa, ya que yo debía continuar con mi trabajo de “después del cole” (organización del aula, revisión de emails, etc.).

lunes, 28 de octubre de 2013


16/10/2013 Miércoles.

Decimosexto día del décimo mes del decimotercer año del segundo milenio.

Villaviciosa de Odón (Madrid)

Hoy debía encontrarme por primera vez con todos y cada uno de mis alumnos.

Aunque algunos de ellas no lo sean oficialmente por temas burocráticos (me refiero a los alumnos de Educación Secundaria Obligatoria y de Educación Secundaria para Personas Adultas), desde el primer momento en que me comunicaron que conviviría con ellos, tomé la determinación, y sobre todo la responsabilidad, de considerarlos como parte de mi alumnado del Aula Itinerante del CirKus Kaos, lugar donde está “mi cole”. “El cole del Kaos”, como hemos querido llamarlo.

La cita con los que iban (y van) a ser mis alumnos, y “nuevos vecinos” (y seguramente que pronto también se conviertan como en parte de mi familia), estaba programada para las 9:00 de la mañana y no dudaría más de una hora.

Allí aparecieron todos. Fueron llegando poco a poco, y fuimos presentándonos de manera “formal” con un apretón de manos (jajajajajaja…, eso les pilló a todos por sorpresa, pero siempre había pensado que creo que es la mejor manera de comenzar a enseñarles desde el primer día cómo se presentan en la vida cotidiana las personas, ¿no?, jajajajaja…). Esta primera forma de romper el hielo me hizo mucha gracia porque, los mayores sobre todo, se metieron en su papel de “soy una persona formal” (jajajajaja…).

Ellos son MS, GA, AS, ÁQ, EP y DI. Todos y cada uno de ellos de edades y cursos diferentes, incluyendo, como dije antes, a los de Educación Secundaria Obligatoria y Educación Secundaria para Personas Adultas).

Una vez que estuvieron todos sentados y colocados en “sus sillas y mesas” (porque éstas siempre habían sido las mismas y siempre habían estado distribuidas de igual forma en los últimos años), comencé a presentarme y a hablarles un poco de mí. Lo justo y necesario, sin entrar en detalles.

Luego les debería llegar el turno a ellos. Pero para “conocerlos” un poco mejor, les tenía preparado una pequeña batería de preguntas que quería que me escribieran en folio, y de esta forma “conocerlos” también algo más a través de su caligrafía…

Las preguntas que les fui formulando fueron muy sencillas:

1.    Escribe tu nombre y apellidos.

2.    Escribe con números tu fecha de nacimiento.

3.    Suma las tres cifras de tu fecha de nacimiento.

4.    Escribe cuáles son tus hobbies.

5.    ¿Cuál fue el último libro o cómic que leíste? Cuéntame algo sobre él.

6.    ¿En qué países has estado o conoces? ¿Cuál de ellos te gustó más? ¿Por qué?

Evidentemente los más pequeños no podían contestar a este tipo de preguntas (y menos por escrito), por lo que, mientras los “mayores” iban respondiendo a cada una de las preguntas que les iba lanzando, para ellos tenía preparado algo de lo que más les gusta…, ¡dibujar! Les repartí folios y colores de diferentes tipos (ceras, rotuladores…), y se dedicaron a “expresarse libremente” como mejor saben los niños, a través de los dibujos.

Conforme iban pasando las preguntas, más se iban poniendo de acuerdo entre todos para hacerme el mismo “test” (aunque por ellos las preguntas hubieran sido “otras”, jajajajaja…). Así, sin ningún tipo de problema, me las fueron haciendo y yo las fui respondiendo, hasta que llegó las 10:00 de la mañana y, tal y como había previsto, dimos por terminada la primera jornada lectiva de la que espero se convierta en una experiencia inolvidable. Ser “maestro de escuela”, como diría mi abuelo Manolo (maestro también), en el circo.


¡Y POR FIN LLEGÓ LA LLAMADA!
 
 
Hace apenas dos semanas recibí la llamada que tanto tiempo y esfuerzo han costado.
 
Tras años de preparación, solicitudes y proyectos; después de tanto imaginar colegios, compañeros, alumnos y ciudades o pueblos por conocer..., el destino me tenía preparado la mayor de las sorpresas..., ser el maestro del colegio de uno de los circos que llevan la ilusión y las risas a diferentes puntos de la geografía de nuestro país. Desde el día 15 de octubre soy el maestro del colegio del Cirkus Kaos, donde siempre seréis bienvenidos y bienvenidas. 
 

 
Este de aquí arriba es el Cirkus Kaos. Este es para mí ese "pueblecito" al que todo maestro, cuando tiene la ilusión de comenzar a trabajar, siempre tiene la ilusión de llegar como primer destino. Un "pueblecito" que a su vez está (estuvo o estará) en muchos pueblos y ciudades. Un "pueblecito" formado por casas que se mueven, que tienen ruedas. Un "pueblecito" que un día está aquí y otro allí, pero un "pueblecito" como otro cualquiera..., con sus gentes, y sus niños, mis niños... Y niños que, como en cualquier otro "pueblecito" también van al cole.
 
Y es aquí, en el cole del Cirkus Kaos, donde les espero yo cada mañana (y alguna tarde).


Llevo escasas dos semanas compartiendo mi tiempo con seis "personas especiales", que requieren de mí toda la atención, amor, protección y humor que jamás pensé. Cada uno de ellos y ellas es diferente. Cada uno tiene su historia, y tendrá su futuro, ambos casi siempre ligado al circo. Y el destino ha decidido que sea yo el que les ayude a afianzar, y no olvidar, lo primero y mejorar lo segundo.
 
Creo que es una tarea muy difícil cambiarles la mentalidad, ni tampoco es mi intención hacerlo. Tan sólo pretendo que sean y puedan ser felices. Que sepan que, aunque parezca que no, forman parte de otro "GRAN CIRCO" llamado MUNDO, y que, para cuando decidan salir a "pista" a hacer su "gran número" delante del "gran público", tengan las habilidades y herramientas necesarias para poder hacerlo de la mejor forma posible, e intentar que, con todo ello, puedan sentirse lo suficientemente capaces como para poder decidir qué es lo quieren y qué es lo que no quieren para sus vidas.
 
Por fin puedo decir que soy maestro. Ya soy maestro. Y creo que lo estoy haciendo en uno de los ambiente y contextos más sorprendentes y enigmáticos en los que cualquier maestro podría verse envuelto.

Desde aquí, os quiero dar la bienvenida a todos que queráis compartir con nosotros nuestras aventuras.