17/10/2013 Jueves.
Decimoséptimo día del décimo mes del
decimotercer año del segundo milenio.
Villaviciosa de Odón (Madrid)
Hoy, tal y como se me comunicó, teníamos prevista la
visita de los inspectores. Vendrían a revisar el estado inicial de las
caravanas (mi vivienda y el cole).
La mañana comenzó como tenía previsto, con una
puesta en común de las que podrían y debían ser las normas de clase. Todos poco
a poco fueron aportando sus ideas y mejorando la de los demás. Sinceramente fue
un trabajo muy agradable. Todos pedían y cumplían con el turno de palabra, y la
verdad que la sensación fue buena.
Justo cuando estábamos acabando hicieron acto de
presencia los inspectores, dos personas muy encantadoras, y desde el mismo momento
en que pusieron el primer pie en el aula atrajeron la atención de los alumnos (sobre
todo de los más pequeños), sin dejar de lado la verdadera tarea que les había
traído a visitarnos. El trato con los alumnos fue realmente exquisito.
Mientras valoraban las instalaciones, recursos y
materiales destinados al colegio, les pedí a los cuatro alumnos mayores que por
favor hicieran una pequeña redacción explicándome de qué iba el espectáculo del
circo, poniéndose ellos en el lugar del espectador. Evidentemente el fin de
esta redacción no era el mantenerlos ocupados, sino poder tener, además de las
preguntas de ayer, una primera información y evaluación sobre su nivel
lingüístico y de escritura. Mientras los mayores hacían esto, los pequeños
estuvieron coloreando y haciendo algunas fichas de iniciación a la escritura.
Tras haber sido evaluado primero el estado del aula,
y quedándose los alumnos en compañía de uno de los inspectores, quien les hacía
preguntas muy divertidas de todo tipo, acompañé a la inspectora a revisar el
estado de la caravana destinada a mi vivienda. El resultado de esta inspección
fue muy positivo, todo lo contrario de la opinión que tuvo del aula, la cual
debería ser cambiada en un plazo máximo de un mes y medio, ya que las
condiciones y requisitos que se exigían por parte del Ministerio de Educación
no eran las que presentaba el espacio que el circo había habilitado en un principio
como lugar para dar clases. De hecho hubo una anécdota muy graciosa (y que
cuento a continuación) protagonizada por EP y la inspectora cuando ésta fue a
cerrar la puerta, que le hizo aferrarse aún más a esta decisión de que en un
plazo no superior a ese mes y medio debemos tener cole nuevo.
La anécdota fue la siguiente… Mientras estábamos en
clase, la inspectora fue a cerrar la puerta de la clase, quedándose con el pomo
en la mano. Casualmente, fuera del aula, estaban algunos de los empleados y
representantes de la empresa del circo, a quiénes les comunicamos lo que había
ocurrido. Cuando varios de ellos se acercaron sonriendo para ver qué había
ocurrido y qué niño había sido el que “había roto la puerta” (ya presuponiendo
que debía haber sido alguno de los niños, jajajajaja…), EP (con afán imagino de
evitar la burla de los trabajadores) no dudó en contestar a viva voz “¡Ha sido
ella! ¡Ha sido ella!”, y señalando a la inspectora, que había sido esa señora
la que había “roto” la puerta…, jajajaja…
La visita de los inspectores concluyó con una
pequeña reunión entre la empresa circense y la inspección, momento que
aprovechamos para hacer nuestro primer recreo del curso y comenzar a conocernos
un poco más contándonos anécdotas entre risas.
Pero todo lo bueno llega a su fin, y después de
despedirnos todos de los inspectores, volvimos a la que, al parecer, deberá ser
nuestra “antigua” clase para comenzar a trabajar.
Pedí a GA, AS y ÁQ que se pusieran lo más cerca
posible entre ellos para que, con mi ordenador, realizaran una primera prueba
de evaluación inicial de Matemáticas destinada a 5º nivel de Educación
Primaria.
Los pequeños, a su vez, dedicaban el tiempo a crear
infinidad de formas con la plastilina, y yo me dediqué a comentarle a MS cómo
podría organizar todo su trabajo, para de esa forma también poder convertirme
en su orientador, comenzando su trabajo por saber qué asignaturas tendría a lo
largo del curso, con qué tipo de materiales y/o recursos contaba o debía contar
para el estudio, cuáles eran sus profesores y cómo podría ponerse en contacto
con ellos en caso de necesidad, cuáles serían las fechas para la entrega de
trabajos y exámenes, etc. Es decir, básicamente, tratamiento de la información.
Así, mientras todos
trabajaban cada cual en lo suyo, llegó para ellos la hora de irse a casa, ya
que yo debía continuar con mi trabajo de “después del cole” (organización del
aula, revisión de emails, etc.).
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