7/11/2013
Jueves.
Séptimo día del onceavo mes del decimotercer
año del segundo milenio.
Seseña (Toledo)
Hoy tendríamos una visita muy especial. Nuria, la orientadora, vendría a vernos. Su llegada era una auténtica expectación.
Mientras llegaba y no llegaba Nuria fui
diciéndoles a cada uno cuáles serían sus tareas, aunque MS ya de forma autónoma
sabía que debía continuar con sus quincenas, y para el de hoy elegiría las de Lengua
Extranjera: Inglés, lo que le llevaría todo el día, sin tener en cuenta la
parte de Educación Física, que como siempre hacen todos juntos.
A GA sólo le pediría que fuera
revisando las tareas, por si se nos hubiera quedado algo sin mirar o repasar.
No quería que se metiera mucho en su trabajo diario porque imaginaba que Nuria
estaría bastante tiempo atendiéndolo a él, así que los pocos minutos que
pasaron desde que comenzamos el día hasta que llegó Nuria los dedicó a repasar
un poco sus tareas. El resto del día lo ocuparía con ella, y ella con él.
ÁQ tendría que trabajar también solo
hoy, aunque su tarea no sería muy complicada. Debería reconocer el género y
número en los adjetivos, así que le pediría que retomara las tareas del día
anterior y que escribiera los mismos adjetivos que había utilizado para
describir a una persona, para ponerlos en el otro género y en los plurales.
AS también tendría una tarea
sencilla, reconocer los sujetos y verbos en otro fragmento de lectura, y cuando
acabara debería seguir leyendo, a lo que se unirían los más pequeños conmigo después
de su primera tarea, organizar los materiales de los cajones del aula.
Después de esta primera parte y aprovechando el buen
tiempo y la cercanía del campo de fútbol sala, aprovechamos todos para irnos
allí a pasar el recreo. Mientras que los mayores jugaban un poco a su aire, yo
me dedicaría con EP y Nuria a recoger hojas secas para nuestro futuro árbol.
Estando ya cerca del parque infantil y de las pista
de baloncesto, aprovecharíamos para llevar a cabo la sesión de Educación
Física. A los cuatro mayores les propondría un juego en el que tendrían que
intentar dar al tablero o colar el balón por la canasta utilizando los pies, y
a los dos pequeños nos lo llevaríamos Nuria y yo a la acera de enfrente para que
pudieran hacer ejercicios y actividades de psicomotricidad…, que al final se
convertiría en un juego libre, de ficción o simbólico, ya que simularían ser
los regentes de un restaurante al que estuvimos como invitados Nuria y yo.
Antes de que acabáramos “nuestro menú” les pedí a los
mayores que se nos unieran para hacer la parte de relajación y vuelta a la
calma, no sin antes hacer ejercicios de fuerza de brazos.
Ya de vuelta en la clase Nuria seguiría atendiendo a
GA, MS continuaría con sus actividades de Lengua Extranjera, y AS y ÁQ
volverían a trabajar juntos las fracciones mixtas. Mientras todos se ocupaban
de sus tareas, yo les leería un nuevo cuento a los pequeños, quienes, una vez
acabado éste, y aprovechando el comienzo de la última hora, tendrían que
acompañarme una vez más a tirar la basura de los cubos de colores, sin saber
qué actividad les propondría para acabar el día… Pintar de blanco algunas de esas
hojas que habíamos recogido durante el recreo para regalárselas a Nuria…, y tan
encantados que lo hicieron…, pero eso sí, la impaciencia por darle el regalo
les haría casi que lo descubrieran antes de tiempo (jajajajaja…).
Así, con un regalo de los más pequeños (pero de
partes de todos) despedimos a Nuria al finalizar el día en el cole, esperando
volver a verla muy pronto…
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