martes, 5 de noviembre de 2013

 
28/10/2013 Lunes.

Vigesimoctavo día del décimo mes del decimotercer año del segundo milenio.

Humanes de Madrid (Madrid)

Un día más, y un año más para EP. Esta noche celebramos su cumpleaños.

            La primera parte de la mañana para MS y GA era similar a la de otros días. Uno debía seguir con su trabajo de las quincenas y el otro con las actividades cuatrimestrales del Ámbito Social.

            AS y ÁQ cambiarían un poco de área, y empezarían a ver los números romanos, algo que les llamaba bastante la atención cuando se habló de los contenidos que trabajaríamos en este primer trimestre. La metodología seguiría siendo la misma, trabajarían por parejas. Nuevamente al no disponer de pizarra tuvimos que hacer uso de los cristales, pero llegó el momento en el que el sol deslumbraba y apretaba tanto que las actividades que les propuse las realizaron fuera del aula con una pizarra pequeñita.
 
 
Primero detectaron cuáles eran las letras que los romanos utilizaban para representar los números, cuáles se podían utilizar hasta un máximo de tres veces y cuáles no, etc., y más tarde fueron transcribiendo números arábigos a números romanos. Después de pedirles yo algunos números, fueron ellos los que, a modo de juego/reto, se iban poniendo el uno al otro diferentes números arábigos para encontrar su equivalente en número romano. Esta actividad también supondría además un recordatorio de los números y del abecedario en inglés y castellano, ya que a la hora de corregirse entre ellos utilizaban el idioma no materno para ellos (por ejemplo si tenían que decir C o L como números romanos, AS lo tendría que decir en inglés y ÁQ en castellano). También era propicia esta actividad para trabajar la competencia en el razonamiento lógico-matemático, ya que deberían ir completando series de números utilizando las reglas de los números romanos (por ejemplo completar la serie de números romanos desde el 200 al 300 de diez en diez). Les pareció tan divertido “el juego” que no quisieron parar hasta el recreo, así que nada…, si aprenden y se lo pasan bien…, ¿quién soy yo para negarles que sigan aprendiendo?

Por su parte, las actividades para los más pequeños se centrarían de nuevo en las fichas de lectoescritura, para pasar a colorear, recortar y pegar objetos de uso cotidiano, y, antes de que llegara el recreo, hacer esos mismos objetos con plastilina y comenzar a trabajar así la perspectiva bidimensional y tridimensional.
 
Ya durante el recreo, se comentaron otras normas de “comportamiento”. Para el recreo habría “momentos” y “zonas”, quedando distribuido de la siguiente forma: “Primero se come y luego se juega” y “Se come y se juega fuera del aula para no manchar los materiales y no molestar a los compañeros que quieran permanecer en el aula trabajando durante el recreo”. De esta forma evitaremos que los que quieran jugar puedan sufrir algún problema de atragantamiento, y que los que quieran seguir trabajando o consultando dudas en el aula por internet al menos salgan un rato a despejarse mientras comen.
 
 
Tras el recreo todos volvieron a coger sus lápices para disponerse a seguir con nuevas actividades. MS decidió “por sí solo” que necesitaba estudiar y profundizar algo más en los temas de Ciencias Sociales para poder desarrollar la quincena en la que estaba trabajando, así que se puso a ello, y GA comenzó a resolver las cuestiones a entregar para este primer cuatrimestre de los dos ámbitos en los que trabaja.

Los otros cuatro tendrían tareas similares. EP y DI empezarían a relacionarse y tomar contacto con los números. Primero lo harían con fichas y juegos, y luego escribiéndolos en sus libretas y hojas. AS y ÁQ, después de haber pasado la primera parte de la mañana con los números romanos y arábigos, volverían a trabajar con los números, aunque ahora lo harían desde el área de Educación Artística e Inglés, ya que les pedí que hicieran un cartel con los 20 primeros números y cómo se escribían en castellano e inglés. La intención de este cartel es colocarlo en clase y poder utilizarlo como referencia tanto para ellos como para los más pequeños en el momento en que podamos comenzar a introducirles el inglés a éstos últimos.
 
 
Como esta actividad les supondría a AS y ÁQ algo más de tiempo de trabajo, y los pequeños ya comenzaban a “desesperarse”, decidí que mientras unos acababan el cartel, los otros “me ayudarían a tirar la basura” en los contenderos de colores, para que una vez que lo hubiéramos hecho pudiera leerles el cuento que más les gustara a cada de uno de ellos, tal y como me habían pedido. Esto último es algo que me gustaría reseñar, ya que aunque ninguno de los dos sabe leer, sí tienen cierta predisposición, interés y entusiasmo por llevarse cuentos a casa para que alguien se los lea o simplemente para mirar los dibujos.


De esta forma, con un “colorín colorado este cuento se ha acabado”, también acabó nuestro día de clase. Ya tan sólo quedaba esperar unas horas para celebrar el cumpleaños de EP…

2 comentarios:

  1. Ánimo Abraham. Tu labor no tiene precio y seguro estás disfrutando cada día!! Un abrazo, Manuel Villard.

    ResponderEliminar
  2. ¡Hombre Villard...! Muchas gracias, compañero. La vedad que sí, se disfruta, aunque también te das cuenta de la labor de que han hecho otras personas... Un gran abrazo, y espero que este blog pueda servirnos de herramienta a ambos. Todas tus ideas son bienvenidas.

    ResponderEliminar